Mejora tus presentaciones de empresa y triunfa.

Recuerdo como si fuese ayer mi primera presentación en las empresa. Mi voz temblaba, no sentía lo que estaba contando y encima hice un montón de muletillas. Y lo que me pasó a mi, seguramente a ti también te está pasando, así que tranquilo porque te voy a contar cómo mejorar tus presentaciones de empresa.

Ninguno nacemos sabiendo y si a este dato le añadimos que ni en el colegio, ni la universidad ni en la empresa nos enseñan a hablar en público ¿qué resultado obtenemos? pues evidentemente un fracaso. Pero tengo una buena noticia para ti, de los fracasos se aprende, así que te voy a contar mis tres fracasos y qué aprendi de ellos.

Mejora tus presentaciones en las empresas y triunfa
Primer fracaso: «No sentí el escenario bajo mis pies».

Recuerdo que cuando comencé a exponer mi presentación estaba tan nerviosa que no era consciente de lo que estaba contando y eso hizo que soltase como un papagayo el caso de éxito de mi principal cliente. ¿Qué es lo que aprendí de esta intervención? pues que para pensarme mientras estoy hablando tengo que utilizar estructuras cortas que hagan razonar mi mensaje. Cuando sabemos pensarnos, estamos más presentes en el escenario y en consecuencia somos más conscientes de nuestras palabras.

Segundo fracaso: «Utilicé demasiadas diapositivas, llenas de texto y aburridas».

En las empresas tenemos por costumbre utilizar diapositivas de Power Point aburridas y llenas de texto para que la gente vaya leyendo lo que estamos diciendo, parece absurdo ¿verdad? pues si. Hace dos años, Jeff Bezos prohibió a sus empleados de amazon utilizar las diapositivas en las reuniones ¡Bravo por Jeff! y ahora os preguntaréis ¿qué aprendiste de este fracaso? pues que si no quiero que mis compañeros de trabajo o mis clientes se aburran, se duerman o cojan su dispositivo para hacer que está trabajando tengo que esforzarme en buscar otros elementos visuales o recursos emocionales que sorprendan a mis oyentes.

Tercer fracaso: «Repetí 20 veces la muletilla «vale».

No había terminado la presentación y el coordinador de la convención me pidió que finalizase mi intervención comentando el número de veces que había repetido la palabra «vale». ¡Qué vergüenza! y lo peor de todo es que yo no fui consciente del error. ¡Me sentí fatal! ¿Qué aprendí de este tercer fracaso? pues que durante las exposiciones no hay que tener miedo a hacer pausas y con esas pausas evitaremos hacer muletillas .

Así que ya sabes, si quieres triunfar en tus presentaciones de empresa, actúa y analiza qué has aprendido de tus anteriores fracasos. Si además quieres aprender estructuras que te ayuden a pensarte, utilizar recursos emocionales que asombren a tus clientes o corregir las muletillas en tus reuniones de departamento, contacta conmigo y te informaré de mis servicios de consultoría y de los cursos de oratoria para empresas.

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